Espectrofilia: El fenómeno de supuestos encuentros sexuales con seres del Más Allá


espectrofilia

Desde la antigüedad pueden encontrarse casos de personas que aseguraron haber tenido supuestamente intimidad con fantasmas, espíritus, entes y seres demoníacos.

 

Martes 14 julio 2015
Fuente: GUIOTECA/Héctor Fuentes

 

La espectrofilia puede ser definida como el fenómeno sobrenatural que consiste en un encuentro sexual entre entidades o presencias del mundo de los espíritus y fantasmas con personas de carne y hueso. Y aunque en principio puede sonar totalmente descabellado imaginarse una situación semejante, los antecedentes de este fenómeno se remontan en realidad a muchos siglos atrás, cuando en las leyendas y mitos de la mitología griega y romana se relataban historias de dioses y criaturas extrañas que fornicaban con seres humanos, llegando incluso a engendrar héroes o semidioses.

A partir de la Edad Media, las entidades demoníacas conocidas comúnmente como íncubos y súcubos fueron los protagonistas de nuevos y supuestos casos de espectrofilia, donde entidades sobrenaturales tenían relaciones con los seres vivos. Los súcubos eran caracterizados como demonios femeninos, en forma de mujeres de seductora belleza que tenían algunos rasgos que delataban su filiación demoníaca (pequeños cuernos, cola terminada en triángulo, colmillos u ojos de serpiente), que poseían sexualmente a los hombres durante el sueño para absorber su sangre o energía vital, ejerciendo un influjo moral y espiritualmente nocivo, además de provocarle ciertas dolencias físicas que podían causarle incluso la muerte.

Los íncubos, por el contrario, fueron caracterizados como demonios masculinos que, a través del coito con las mujeres, también buscaba drenar la energía vital de sus víctimas por medio del sexo. En el siglo XIX y XX surgió una particular teoría que afirmaba que tanto los súcubos como los íncubos no eran demonios sino lujuriosas almas desencarnadas que, no habiendo todavía entrado al proceso de volver a nacer en otro cuerpo, vagaban por el mundo en los bajos planos del mundo astral, planos donde yacían los deseos más terrenales como la voluptuosidad desenfrenada que los animaba.

La espectrofilia tuvo durante el siglo XX en el caso de Carla Moran -también conocida con su nombre ficticio de Doris Bithler- su caso más famoso y uno de los más documentados, ya que fue investigado por más de 30 profesionales universitarios (este caso fue detalladamente relatado en otra nota de este mismo canal, llamado “El increíble y documentado caso de Carla Moran, la mujer que era violada por un ente invisible”). Moran, una respetable ama de casa californiana, de acuerdo a su relato y al testimonio prestado por varios testigos, fue víctima en la década de los años 70′, durante varios años, de una supuesta violación espectral por parte de tres entidades: mientras las dos más pequeñas la sujetaban, la entidad más grande y agresiva la atacaba sexualmente con cierta regularidad. Las numerosas lesiones físicas (magulladuras en las piernas, mordidas, rasguños y heridas en la zona genital) con las que Carla Moran quedaba después de cada ataque, fue una de las pruebas más contundentes de este caso, que por lo demás fue fotografiado (se captaron dos extrañas luces alrededor del cuerpo de la mujer mientras dormía) y presenciado por varios testigos (como varios parapsicólogos y el hijo de 16 años de la víctima, quien resultó herido luego que fuera atacado por una entidad invisible mientras intentaba ayudar a su madre).

 

Otros casos

La mayoría de los casos de espectrofilia se producirían durante el sueño, uno de los estados en la que la mente de las personas parece estar más vulnerable. Algunos expertos aseguran que muchas personas, que después de estos actos suelen quedar “emocionalmente heridas, avergonzadas y confundidas”, juegan con el mundo espiritual atrayendo a ciertas entidades espirituales o demoníacas, que en algunas ocasiones tomarían la forma de íncubos y súcubos. Otros, por el contrario, afirman que la mayoría de los espectrófilos en general confunden en su mente los sucesos del sueño y la vigilia y buscarían inconscientemente utilizar su imaginación para autosatisfacerse sexualmente.

Si bien la mayoría de los supuestos casos de espectrofilia y encuentros sexuales no se publicitan demasiado, pues las víctimas a menudo se sienten demasiado avergonzadas para hablar de un asaltante sexual que no se puede ver o, derechamente, por temor a que nadie les crea y a ser diagnosticadas con algún trastorno psicológico, la prensa (especialmente la amarillista) ha publicado supuestos casos de personas y celebridades que aseguraron haber tenido sexo con entidades sobrenaturales y fantasmas.

La estrella del Pop Kesha, por ejemplo, reveló durante un programa de radio que su canción “Supernatural” se inspiró en una supuesta experiencia paranormal erótica.

La modelo y actriz norteamericana Anna Nicole Smith, por su parte, antes de su muerte, reveló que cuando vivía en su casa de Texas tuvo varios encuentros sexuales sobrenaturales con una entidad del Más Allá. Según detalló, la primera vez experimentó un profundo terror, aunque posteriormente cambió de opinión, ya que había descubierto que su paranormal visitante “no quería hacerle daño”.

La modelo y actriz ucraniana Natasha Blasick, reveló en tanto que en una oportunidad, mientras dormía sola en una habitación de un hotel, fue visitada por una difusa entidad vaporosa en forma de hombre. Y finalmente, el año 2011, Rhonda Baron, una mujer de Arlington, Virginia, aseguró a la prensa local que era visitada en las noches por el fantasma del… fallecido cantante Jim Morrison, quien supuestamente habría vivido en la misma casa de esa mujer cuando era un niño. “Estaba recostada cuando el espíritu llegó, se acostó a mi lado y se volteó a mirarme. Era como una especie de neblina y podía ver a través de ella”, aseguró la mujer a la prensa local, agregando que el supuesto espíritu correspondía al “alma de Morrison porque no es feliz y por eso regresa a esta casa, en la que gozó de felicidad cuando era un niño”.

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